El Reino Unido dejará de formar parte de la Unión Europea, lo que se traducirá en unas relaciones más complejas con el resto de la Comunidad y, entre ellas, las comerciales.
Partiendo de que España es un gran exportador de alimentos al Reino Unido, cabe esperar que resultará uno de los países más afectados; sin olvidar que existen compañías británicas en nuestro territorio o con serias inversiones en compañías españolas. De todas formas es probable que no todo sea tan negativo para España como ha sido comentado en muchos medios (y estudios) en los últimos meses.
Está claro que no solo los controles de frontera y los costes de transporte experimentarán cambios; es más que probable que en breve nos encontremos con problemas legales respecto a materias primas, productos acabados, la etiquetación, los contaminantes, los análisis microbiológicos o los envases. ¿Quedará el país fuera del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) y de la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos). ¿Qué consecuencias podría tener?
Es de esperar que el Reino Unido se ponga las pilas y tenga preparadas nuevas normativas que no disten mucho de aquellas que se venían utilizando hasta ahora; es decir, que simplemente sean transposiciones de las normativas europeas ya conocidas.
Desde Estandar, gestión alimentaria estaremos alerta de los cambios que se produzcan y les tendremos informados.
Dpto. Técnico