Las mujeres en la industria alimentaria: en femenino plural

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer que, según nuestra querida Wikipedia “conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona”.

Cuenta la historia que se conmemora la muerte de un grupo de trabajadoras del textil que a principios del siglo pasado murieron calcinadas en un incendio en la fábrica en la que se encontraban defendiendo sus derechos laborales… Un siglo después nos encontramos aún defendiendo derechos laborales y derechos de vida.

Escribiendo el título: mujeres + industria alimentaria, junto con la conocida historia de la fábrica, lo primero que se me vino a la cabeza es una imagen de una visita a una conservera con el colegio hace más de 35 años: las operarias (todas mujeres) limpiando el pescado y metiéndolo en latas mientras un grupo de 40 mocosos (sin batas ni cofia ni calzas ni “ná de ná”) les frenaba en su jornada laboral. Treinta y tantos años después me encuentro con muchas de esas mujeres (y yo ya con bata y cofia) que son la base de esa y otras industrias productoras de alimentos y bebidas. Y no solo ellas, sino las responsables de calidad, las de producción, las transportistas, las limpiadoras y, lamentablemente, en un porcentaje casi de vergüenza (aunque la sociedad no lo entienda) las directoras y gestoras de empresas alimentarias. Todas luchando por lo mismo… por demostrar que valen (y ya no añado “lo mismo que los hombres”), por demostrar cuán importante es su trabajo en la calidad y seguridad de los alimentos, por trabajar, como mínimo, ocho horas en fábrica más ocho en la casa y no perder la sonrisa, por tener que cumplir y demostrar más que muchos compañeros varones.

Fábrica de Conservas Bernardo Alfageme, Vigo (aprox. 1945). Museo do Pobo Galego.

No voy a dar datos, ya hay muchos números en internet, solo recodar que:

  • Las mujeres rurales aportan valor a industria alimentaria proveyendo y cuidando la calidad de lo básico, las materias primas…
  • Las mujeres investigadoras aportan valor a la industria alimentaria con sus investigaciones en nuevos productos, fórmulas, sistemas de detección de patógenos…
  • Las mujeres responsables de los departamentos de calidad aportan valor a la industria alimentaria cuidando el proceso, el producto y su seguridad e inocuidad.
  • Las mujeres empresarias aportan valor a la industria alimentaria con su impulso económico, su fe en nuevos productos e implantación de normas certificadoras, …
  • Las mujeres operarias aportan valor a la industria alimentaria con su trabajo duro, su esfuerzo por comprender las normas, su orgullo por la empresa a la que pertenecen…
  • Las mujeres auditoras aportan valor a la industria alimentaria con su objetividad, meticulosidad, su paciencia,…
  • Las mujeres consultoras y formadoras aportamos valor a la industria alimentaria ayudando y formando tanto al grande como al pequeño, acompañando y trabajando con industrias que sin ser nuestras, las sentimos como propias, sin dejar de ser objetivas por el bien de la mejora continua…

A todas ellas y a las que no mencionamos (pero no olvidamos), desde Estandar, gestión alimentaria queremos enviarles un fuerte abrazo y todo el ánimo posible para que sigan luchando: por ellas y por las otras, por el ahora y por el futuro, por la calidad y seguridad alimentaria… porque somos y porque contamos… porque las mujeres, EN FEMENINO PLURAL, aportamos valor a la industria alimentaria.

 

Dpto. Técnico