¿QUÉ SABES DE LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS?

En la actualidad existe mucha controversia con el uso de aditivos alimentarios, pero la realidad es que la industria alimentaria tal y como la conocemos hoy en día no existiría sin ellos Gracias a ellos, la industria alimentaria consigue los alimentos duren más al impedir el crecimiento de microorganismos, consiguen potenciar los sabores, modificar su color o corregir su acidez.

Ya en la prehistoria el hombre utilizaba los aditivos sin conocer qué eran ni cómo funcionaban.

Un ejemplo de esto es el uso de la técnica del ahumado para conservar carnes o pescados, la salazón o el uso del zumo de limón como antioxidante.

¿Pero, qué es exactamente un aditivo alimentario? Se considera aditivo alimentario a aquella sustancia que normalmente no se consume como alimento en sí misma y cuya adición intencionada a un alimento tiene, o cabe esperar que tenga por efecto, que el propio aditivo o sus subproductos se conviertan directa o indirectamente en un componente del alimento o afecte a sus características.

Actualmente existe una extensa legislación que regula el uso de los aditivos en la industria de la alimentación, controlando qué aditivos se pueden emplear, en qué cantidades, en qué productos y su declaración en el etiquetado de los alimentos que los contienen.

Uno de los grandes problemas para el consumidor es la correcta identificación de los aditivos entre los ingredientes de los productos que consumen y sus características básicas.

¿Sabrías identificar los aditivos más comunes en la lista de ingredientes de los alimentos procesados?

A continuación nombramos los diez aditivos alimentarios más utilizados:

E330 ÁCIDO CÍTRICO: Es un aditivo muy común en la industria que procede de frutas cítricas como el limón o de una reacción de fermentación de azúcares llevada a cabo por un hongo denominado Aspergillus niger. Se utiliza como antioxidante o conservante en productos como yogures o encurtidos.

E331 CITRATOS DE SODIO: Se obtiene de la fermentación de los hidratos de carbono presentes en maíz remolacha o caña. Su principal uso en la industria es como antioxidante o regulador de la acidez. Podrás encontrarlo en productos como zumos o salsas.

E500 CARBONATOS DE SODIO: Procede de una reacción química en la que se sintetizan, cloruro de sodio (sal común), amoníaco y carbonato de calcio. Es un antiaglomerante, utilizado como levadura o regulador de la acidez en productos de repostería.

E202 SORBATO POTÁSICO: Procedente de las bayas del árbol Sorbus aucuparia o por síntesis química. Se emplea como conservante y está presente en productos como edulcorantes, fruta seca o embutidos. Se recomienda no consumir más de 25g/kg al día por poder provocar diarrea.

E621 GLUTAMATO MONOSÓDICO: Uno de los aditivos que más polémica suscita por su tan extendido uso. Se obtiene de la sal sódica del ácido glutámico procedente de la fermentación bacteriana de azúcares. Se utiliza como potenciador del sabor umami.

Existe una parte de la población que es sensible al consumo de este aditivo, cuya ingesta les produce el denominado “síndrome del restaurante chino” o “complejo sintomático GMS”. Su uso es extenso, estando presente en productos como snacks, salsas, arroz o precocinados.

Otros nombres con los que podrás encontrar este aditivo pueden ser; Glutamato de monosodio, glutamato sódico, GMS, MSG, Extracto de levadura autorizado, Proteína hidrolizada.

E322 LECITINAS: se trata en este caso de un emulsionante natural extraído de la soja, la yema de huevo o de las pipas de girasol, utilizado por la industria para facilitar la mezcla entre aceites y agua. Se encuentra presente en productos como mayonesas, margarinas o chocolates.

Podrás identificarlo con otros nombres como; Fosfolípidos de lecitina o fosfátidos de lecitina.

E471 Monoglicéridos y diglicéridos de ácidos grasos: Se obtiene de la hidrólisis de ácidos grasos. Son un emulsionante y antioxidante, lo que proporciona a los productos en los que se incluyen una mayor vida útil y una reducción de la pérdida de humedad evitando que se resequen.

Puede formar parte de productos como cereales para el desayuno, helados o salchichas.

Hay estudios en los que se asocia su consumo con una mala asimilación de ácidos grasos esenciales y un aumento del tamaño del hígado y riñones en animales de laboratorio.

Otras denominaciones de este mismo aditivo pueden ser; Monoglicéridos, diglicéridos de ácidos grasos, mono estearato gliceril, monoestearato de glicerilo y monoestearina.

E250 NITRITO SÓDICO: Obtenido en la síntesis de hidróxido de sodio con mezclas de óxido nitroso y óxido nítrico. Se utiliza para prevenir la presencia de microorganismos en los alimentos.

Este aditivo se encuentra presente en productos elaborados con carne o pescado.

Su consumo diario recomendado es (ADI) de un 0,1 mg/Kg.

Su consumo en grandes cantidades se relaciona con la dificultad de transporte de oxígeno al reaccionar con la hemoglobina.

Su uso no se permite en alimentos destinados a niños menores de 6 meses ya que su hemoglobina es más reactiva con esta sustancia.

Otros nombre con el que se le denomina es nitrito sódico.

E407 CARRAGENANOS Espesante o gelificante obtenido a partir de una extracción química de algas marinas. Se emplea en repostería, conservas o palitos de cangrejo.

Hay estudios que lo asocian con úlceras intestinales, sangrado en orina o ralentización del crecimiento por lo que no se recomienda su consumo en mujeres embarazadas o niños.

En este caso podrás encontrarlo en el etiquetado de los alimentos con otros nombres como; Carragenina refinada, carrageno refinado, gelosa de musgo de Irlanda, carrageenan, eucheuman, iridophycal, hypnean, furcelaran, agar danés.

 

Para más información sobre estos y el resto de aditivos alimentarios recomendamos nuestro curso de Etiquetado de Alimentos la lectura del REGLAMENTO (UE) Nº 231/2012 DE LA COMISIÓN o la consulta de la siguiente página web, Fundación Vasca para la seguridad agroalimentaria

 

Dpto. Técnico