Los estándares de fabricación de la industria alimentaria deberían ser de los más estrictos y no es así. Por ello, es esencial que una de las mejoras en la que debemos progresar es en la calibración de equipos. La calibración debe formar parte integral de la gestión de la calidad e inocuidad de nuestra industria.
El propósito de la calibración
El propósito de la calibración es determinar si un equipo todavía está midiendo dentro de las especificaciones necesarias para ese proceso. Sin instrumentos debidamente calibrados, la fiabilidad y precisión de los datos obtenidos es incierta. El primer objetivo de una calibración es determinar si el equipo es válido o no para el uso que se le está dando.
Descuidar la calibración puede tener efectos perjudiciales en el proceso de producción
Un ejemplo claro es en el caso de instrumentos de pesaje. La calibración puede ayudar a evitar posibles retiradas del mercado o acciones legales debido a ‘lotes defectuosos’ y reprocesados por no cumplir con el Real Decreto 1801/2008, responsable de establecer las normas relativas a las cantidades nominales para productos envasados y al control de su contenido efectivo.
Lo que también podría dañar la reputación de una empresa, que es un valor incalculable.
Otro ejemplo es el de las sondas de temperatura, que miden uno de los parámetros más importantes de nuestra industria. La temperatura influye de forma directa en la proliferación de patógenos en el alimento. Las fluctuaciones de temperatura durante cualquier etapa de la producción pueden causar problemas con la inocuidad alimentaria, la higiene y la calidad en general.
Muchas sondas de temperatura se utilizan para la medida de un Punto de control crítico y el utilizar un equipo no apto puede suponer el superar el límite crítico establecido sin ser conscientes de ello.
Además, si los equipos funcionan a niveles óptimo, hay menos desperdicio de materia prima. Lo que ayuda a minimizar los gastos de fabricación, sin afectar la calidad del producto.
Cómo evitarlo
Lo fundamental es tener una calibración planificada, que ayuda a reducir los costes generales y minimizar los errores. Y también garantiza mediciones precisas, trazables y repetibles en todo el proceso de producción de alimentos.
Pensando en todas estas cuestiones Estandar gestión alimentaria ha desarrollado el curso Calibración y verificación de equipos de medida .
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