Esta semana la Comisión Europea ponía en marcha el Centro de Conocimiento sobre el Fraude Alimentario y la Calidad de los Alimentos (Knowledge Centre for Food Fraud and Quality) en respuesta a la creciente preocupación de los consumidores en materia de calidad y fraude alimentario.
Este Centro estará coordinado por el Centro Común de Investigación (JRC: Joint Research Center) de la comisión europea situándose sus laboratorios principales en la ciudad flamenca de Geel. Este laboratorio posee amplia experiencia en investigación sobre la autenticidad de los alimentos y en el desarrollo, aplicación y validación de métodos analíticos para detectar fraudes en la cadena alimentaria.
El Centro de Conocimiento sobre el Fraude Alimentario y la Calidad de los Alimentos pretende aportar conocimiento sobre las posibles prácticas fraudulentas en la fabricación y los mecanismos para ello serán, entre otros:
- Compartir conocimiento mediante redes de alerta y redes de cooperación entre los estados miembros
- Compartir un sistema de gestión del fraude a través de revisiones de literatura, estudios concretos, informes, newsletters…
- Desarrollar bases de datos con secuencias de ADN, composición, métodos analíticos validados, etc. para los distintos tipos de alimentos.
- Realizar, a nivel de los estados miembros, un mapeo de infraestructuras, sistemas de control de fraude y calidad.
Este Centro complementará sus actividades junto con el EU Food Fraud Network y la European Commision Department for Health and Food Safety; además de implicarse con autoridades de terceros países y organizaciones generadoras de estándares aplicables a la cadena de alimentos y agencias de la ley tales como la Interpol y la Europol.
Como el propio Centro de Conocimiento sobre el Fraude Alimentario y la Calidad explica en su página web, la idea es recolectar todo el conocimiento que se encuentra diseminado sobre fraude (sustitución, mal etiquetado,…) y calidad, darle validez y hacerlo accesible. Para ello contará con la Comisión de la UE, los estados miembros y los ciudadanos, y todo ello lo hará mediante bases de datos, herramientas de alerta, transferencia de conocimiento, redes de trabajo y análisis.
La finalidad es terminar con los costes económicos que supone a las industrias el fraude, aumentar la confianza de los consumidores en los operadores de industrias alimentarias y minimizar también los riesgos en la salud pública.
En palabras de Tibor Navracsics (responsable del JRC y comisionado de educación, Cultura, Juventud y Deporte). «La alimentación es un área donde la ciencia puede demostrar sus beneficios de manera directa y tangible a los consumidores. La calidad de los alimentos que comemos es importante para todos nosotros y, dado que el fraude es una actividad criminal que cruza fronteras, la UE juega un papel clave en la respuesta. El lanzamiento del centro supone un paso importante que ayudará a proteger la integridad de la cadena alimentaria en la UE y salvaguardará la calidad de los productos alimentarios, generando un claro valor añadido para los ciudadanos europeos».
Dpto. Técnico